No siempre encontramos sentido claro a aquello que hacemos, de hecho, es normal que en nuestra vida tengamos momentos de dudas... Puede suceder que nuestros proyectos se desmoronen, que aquello que habíamos elegido, confiando en el apoyo de Dios, no lo veamos tan claro, que entremos sin darnos cuenta en un tiempo de desesperanza y tristeza, o en palabras de san Ignacio, en tiempo de desolación.
Es sencillo entonces que nos asalten los miedos, que queramos dejar todo aquello que habíamos soñado, que no veamos a Dios donde antes todo era tan claro...
Para Ignacio, “el enemigo de natura humana” nos quiere así, tristes, paralizados por el miedo, sin esperanza. Porque de este modo nos impide servir a Dios y al prójimo con todo nuestro corazón.
Por eso, Ignacio no solo recuerda que “en tiempos de desolación no hacer mudanza”, sino que indica la urgencia de “mudarse contra la misma desolación” [319].
Esto significa no paralizarnos, sino saber salir de nosotros mismos y mirar nuestra vida de frente... Dios está con nosotros.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
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