miércoles, 12 de mayo de 2021

Padre

A Dios Padre nadie lo ha visto nunca, esto es algo obvio. Sin embargo, son muchas las imágenes que podemos utilizar para describir cómo es Dios, porque necesitamos utilizar nuestro lenguaje e imaginación para entender cualquier concepto, sabiendo que nunca lograremos reducir a Dios a una idea. Pero de todas las imágenes que podría haber escogido, Jesús se refiere a Dios como Padre. Es cercanía, cuidado, ternura, cariño, intimidad y confianza, todo lo que nosotros podríamos decir de alguien bueno que ama a cada una de sus criaturas.

Seguramente estamos tan acostumbrados a oír que Dios es padre que ya tenemos en cuenta lo que ello implica. Los judíos los entendían como alguien protector, pero severo. En su mentalidad era más bien un juez. Sin embargo, Jesús va más allá y hace de la intuición de que Dios es Abbá (papá) el mejor reflejo del modo de amar a Dios. Así se entienden mejor acentos que va a proponer Jesús, como es el de la misericordia, o la gratuidad del amor. Pues cualquier padre -o madre- es capaz de dar la vida por su hijo si éste realmente lo necesita. Es decir, es un amor que antepone al otro por encima de todo y al que le duele el sufrimiento ajeno más que el suyo propio.

Puede que al usar la imagen del Padre caigamos en la tentación de reducirlo a un paternalismo simple y algo ñoño. La paternidad también implica exigencia, sencillamente porque espera mucho de nosotros. No es una tiranía autoritaria que nos repele, es la confianza en que, si dejamos que Dios entre en nuestra vida, podremos hacer grandes cosas, darle sentido a nuestra existencia y así hacer felices a los demás.

Probablemente en función de cómo sea nuestra imagen de Dios, así nos dirigiremos a Él. Y si Dios es amor: ¿Qué papel juega en tu vida?

Álvaro Lobo, SJ

Ciao.

 

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