jueves, 3 de junio de 2021

La avaricia rompe el saco

Cuenta una antigua historia que un hombre iba cargado con un gran saco de lentejas. Caminaba rápido para llegar al pueblo vecino. Tenía que venderlas al mejor postor cuanto antes y así regresar antes del anochecer. 

Al cabo de un par de horas, se paró a descansar. Dejó el saco en el suelo y se tumbó a la sombra. Le venció el sueño y sus ronquidos llamaron la atención de un mono que andaba por allí.

El animal sintió curiosidad por ver qué llevaba el hombre en el saco. Se acercó sin hacer ruido. 

¡Qué suerte! ¡Estaba lleno de lentejas! Cogió un puñado y subió al árbol para comérselas. Pero, de repente, una lentejita se le cayó de las manos y, rebotando, llegó al suelo. 

¡Qué rabia! Descendió a toda velocidad del árbol para recuperarla. Con las prisas, se enredó en una rama y cayó. Se dio un buen golpe, y además las lentejas que llevaba en el puño desaparecieron entre la hierba.

Miró, pero el dueño del saco ya se había ido. El monito pensó que no había merecido la pena arriesgarse por una lenteja.

A veces tenemos cosas seguras pero, por querer tener más, lo arriesgamos todo y nos quedamos sin nada.

Ciao.

 

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