Es importante estar de acuerdo antes de empezar algo: Tenemos que saber de dónde partimos y qué merece más la pena, aunque no lo vivamos todavía. Por ejemplo, podemos admirar a una persona generosa, y por otro lado nosotros sentirnos egoístas y lejos de esa generosidad, pero merece la pena intentar ser como ella.
En nuestra vida Ignacio lo llama “Principio y Fundamento”, porque empezamos (principio) por estar de acuerdo en lo que queremos conseguir; y nos apoyamos (fundamento) en eso que nos llena.
Si no nos paramos a pensar en lo fundamental de la vida, vamos a estar siempre perdidos.
Todos buscamos un “para”, pero caemos en la cuenta de que no todos los “paras” que encontramos son iguales. Porque no todos nos sirven. Y si no lo buscamos, nos impondrán uno, y eso nunca nos llenará realmente. Al ser libres tenemos que buscarnos un “para” que merezca la pena, que sea nuestro “Principio y Fundamento”.
En esto nos jugamos la verdadera alegría de nuestra vida.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.

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