lunes, 24 de enero de 2022

Dejarlo todo en manos de Dios

¿Cuántas de las cosas que tenemos las hemos adquirido por puro amor de Dios, por causa suya? Seguramente aquellas que acabamos reconociendo como dones, tras no poco discernimiento. Sin embargo, hay otros aspectos de nuestra vida que nos siguen llevando a la pregunta: Señor, ¿Tú quieres que esto esté en mi vida, o no? 

De repente es como si nos viéramos superados por la ambigüedad de las cosas. Y es normal, pues ya dijo Jesús en la parábola del trigo y la cizaña que, a nosotros, el momento de la siega se nos escapa. Incluso se nos escapa a veces si ha de haber siega o no. 

El ejercicio de los Binarios en los Ejercicios Espirituales parte del reconocimiento de los límites de nuestro conocimiento y de nuestra voluntad. A veces no sabemos deshacernos de lo que tenemos, aunque querríamos otras, sencillamente, no queremos, o no sabemos si es necesario. 

Esa experiencia de limitación nos lleva, paradójicamente, a una alternativa mejor: Dejarlo todo en manos de Dios, tanto el tener o no tener esa cosa, como el quererla o no quererla. Nos dejamos como suspendidos, esperando que sea Dios quien nos mueva (enseñándonos tanto a soltar como a coger), muchas veces de forma sorprendente. 

En los Binarios está actuando ya el espíritu del “Tomad, Señor, y recibid”, al que, a su vez, nos vamos aproximando muy poco a poco.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

 

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