viernes, 4 de febrero de 2022

La belleza de nuestro mundo

Nuestro mundo rebosa belleza. Tenemos la suerte de vivir y tenemos la suerte de poder vivir de lo que nos rodea. Los seres humanos formamos parte del milagro de la vida, el don de la existencia, el regalo de Dios. 

En la sabiduría milenaria recogida en la Biblia escuchamos a Dios regocijarse por la bondad de su creación. Pese a que el género literario del libro del Génesis no nos aporta información empírica sobre cómo Dios crea el mundo, sus versos sí que nos hablan del amor con el que Dios sueña lo que aún no existe y lo hace realidad.

Pero algo inesperado ocurre. Dios da libertad a la creación y la creación no siempre quiere volver a Dios. Enfermedades y desastres naturales azotan a los más indefensos y el pecado siembra su semilla en el corazón del ser humano. 

¿Dónde está Dios? Aunque la pregunta más pertinente sería ¿Dónde no está Dios? Nuestro mundo está herido y necesita ser sanado. Pero ¿Qué es necesario sanar? ¿Por dónde empezar?

El número 23 de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio nos da una clave esencial: El ser humano es criado para ir hacia Dios. La Contemplación para alcanzar amor termina poniendo el principal acento de este proceso, casi, de conversión: Es necesario "traer a la memoria los beneficios recibidos de creación, redención y dones particulares, ponderando con mucho afecto cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por mí".

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.


 

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