En esta reflexión el Padre José Luis Martín Descalzo reflexiona acerca del corazón de la persona y aquel egoísmo que acecha. Pero, en realidad, no se trata tanto sobre discurrir en si somos o no egoístas, sino en cómo actuamos a partir de ello.
«Desde entonces pienso que todos los que sienten vocación de servicio -sea la que sea su profesión- son un poco mozos de equipaje. Y que todos sienten esa extraña mezcla de cansancio y alegría.
Al fin me parece que en la vida no hay más que un problema: Vives para ti mismo o vives para ser útil. Vivir para ser útil es caro, hermoso y fecundo.
Caro, desde luego. Todos somos egoístas. Al fin y al cabo, ¿Qué queremos todos sino ser queridos? Por mucho que nos disfracemos, nuestra alma lo único que hace es mendigar amor. Sin él vivimos como despellejados. Y se vive mal sin piel.
Por eso el mundo no se divide en egoístas y generosos, sino en egoístas que se rebozan en su propio egoísmo y en otros egoístas que luchan denodadamente por salir de sí mismos, aun sabiendo que pagarán caro el precio de preferir amar a ser sólo amados» .
José Luis Martín Descalzo (Razones para el Amor)
Ciao.
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