¡QUIÉN SINO TU, VIRGEN MARIA!
Asciendes, y eso no te lo quita nadie, porque el cielo te espera por tantas cosas que hiciste por Dios en la tierra.
¿Qué se siente, María? ¡Dinos! ¡Qué se siente! Cuando, Dios, con ángeles e himnos celestes te llama para mirarle frente a frente para decirte: ¡Qué hermosa eres, María!
¡QUIEN SINO TÚ, MARIA!
Fuiste apoyo en nuestra fe.
Fuiste SI, silencioso pero limpio en Nazaret.
Fuiste amor dando al AMOR en Belén.
Fuiste entrega y servicio, delicadeza y constancia, oración y entrega.
¡QUIÉN SINO TÚ, MARIA, FUISTE TODO ESTO!
Y, Dios, que no permite que ninguno de los suyos se pierda menos, todavía, permitirá que tu cuerpo, María, roce como lo hace la tierra con el grano de trigo.
Tus pies pisarán la Morada Santa.
Tus labios seguirán cantando y proclamando un cántico de alabanza a Dios.
Tu corazón, una y otra vez, como lo hiciste tantas veces entre nosotros seguirá estando enamorado de Aquel que, en Ti, se encarnó.
¡QUIÉN SINO TÚ, MARIA!
Tú, al subir al cielo, dejas huellas para que nosotros, tus hijos, no nos perdamos en los pequeños infiernos.
Tú, al ascender victoriosa, nos indicas los peldaños para que, los que creemos, vayamos un día, tarde o temprano, a tu encuentro.
¡Gracias, María! ¡Gracias, Dios, por llevarte a María! ¡Feliz encuentro, Virgen María, con el Padre!
Amén
Javier Leoz Ventura
Ciao.
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