jueves, 27 de abril de 2023

Como los trajes de flamenca

Un traje de flamenca, esos que nos ponemos las mujeres en Andalucía cuando estamos de feria, tiene unas características determinadas. Quiero decir que la moda flamenca puede variar de un año a otro, pero hay unos cánones que se tienen que respetar para que siga siendo un traje de flamenca.

Y ustedes dirán: Todo esto, ¿A qué viene? Les explico. El otro día oía a determinadas personas hablando de cómo viven su fe y pensé para mí misma: «Yo no la vivo así». Y me pregunté: ¿Quién está más cerca de la verdadera fe?

A veces adoptamos esa actitud farisaica de creernos los auténticos guardianes de las creencias y tradiciones, y nos alzamos como jueces de los otros. Que si este no reza, o reza de una manera muy carca; o no se sabe los mandamientos; o tal y como vive no es muy cristiano. Dejamos arrinconada la humildad necesaria para decirnos: «Pero, ¿Quién soy yo para hacer semejantes valoraciones?»

Si el Dios en el que creemos es el Dios encarnado, no puede pasar por alto que la persona no es de una única forma de ser, sino que, gracias a Él mismo, cada uno somos, como se suele decir, «de nuestro padre y nuestra madre». Cada uno expresa el humor de una manera, se expresa con su propio estilo, y pensamos acerca de lo que sucede a nuestro alrededor de acuerdo a una forma de entender la vida. No amamos todos de la misma manera, ni tampoco nos enfadamos ni sentimos el dolor igual. Somos diferentes.

Jesús lo tuvo claro, y por ello escogió a doce muy distintos entre ellos, y no a un grupo de personas afines a él en todo. Y es que Dios tiene el don de tomar nuestra forma para que nosotros, seamos como seamos, lleguemos a Él.

Ahora, una cosa queda clara: No vale cualquier manera. Hay unas líneas comunes. Como las hay para un traje de flamenca. No por mucho volante que lleves ni mucha flor que te pongas vas vestida de flamenca. Quien lo vive, lo sabe.

Almudena Colorado

Ciao

 

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