Sed...
Danos el agua, que colma sin ahogar, que limpia las entrañas, empapa el corazón, y acuna en lo yermo la vida.
Danos tu pan, que sacia sin hartar y restaura las fuerzas gastadas; pan que alimenta la acogida, el encuentro y la fiesta al partirse en mesa de hermanos.
Danos tu espíritu, que habla sin grito, hace audaz al cobarde y libera al cautivo cuando inspira justicia, libertad, paz.
Danos tu verdad, que seduce sin trampa, que hace sabio al pequeño y hace sencillo al sabio, al afirmar un amor invencible.
En agua, pan y amor inquieto, en espíritu y verdad. Tenemos sed de ti, Señor.
José María Rodríguez Olaizola, SJ
Ciao.
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