sábado, 27 de mayo de 2023

Sombras de otra luz

Somos como sombras, figuras en contraluz que deambulan por la vida con la sensación de que vamos a durar siempre. Hasta que el paso de los años y el hecho implacable de la muerte nos recuerda la evidencia de que vamos de viaje y que todo es pasajero menos la luz que llevamos dentro.

Esa luz, ese rescoldo que nos habita en lo profundo, vive y vivirá siempre. Nuestro error más común es aferrarnos a lo pasajero, absolutizar lo relativo, divinizar lo transitorio. Bien está disfrutar de cuanto nos regala vida, de todo lo bello y sublime que nos rodea, aunque cambie continuamente, como cuando miramos el paisaje a través de la ventanilla de un tren. Lo disfrutas, pero en realidad no lo posees, no puedes quedártelo para siempre.

Si quieres vivenciar lo permanente, cierra los ojos y mira a la luz que late en las venas   de la creación. Como la metáfora del sol crepuscular, que en realidad no muere, sino que sigue ahí para volver a amanecer. 

La diferencia de nuestra luz interior es que para sentirla necesitamos a veces apagar, aunque sea un rato, las luminarias exteriores y aparentes, los farolillos de esta feria que no dura, o aprender a descubrir también detrás de ellas la otra Luz. Como intuyó el encarcelado Miguel Hernández:

"Soy una abierta ventana que escucha 

por donde va tenebrosa la vida.

Pero hay un rayo de sol en la lucha 

que siempre deja la sombra vencida".

Pedro Miguel Lamet

Ciao.

 

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