viernes, 27 de octubre de 2023

El libro de la propia vida

Acostumbrarse a releer la propia vida educa la mirada, la afina, consiente notar los pequeños milagros que el buen Dios realiza por nosotros cada día. Cuando nos damos cuenta, notamos otras direcciones posibles que refuerzan el gusto interior, la paz y la creatividad. Sobre todo, nos hace más libres de los estereotipos tóxicos. Con sabiduría se ha dicho que el hombre que no conoce el propio pasado está condenado a repetirlo. Es curioso: Si nosotros no conocemos el camino hecho, el pasado, lo repetimos siempre, somos circulares. La persona que camina circularmente no va adelante nunca, no hay camino, es como el perro que se muerde la cola, va siempre así, y repite las cosas.

Compañía de Jesús en España

Ciao.

 

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