viernes, 29 de diciembre de 2023

La grandeza de la persona

 Ya nos lo enseñó Goliat: No por ser más grande significa que seas más fuerte. Y es que la grandeza de una persona no se mide en grandes tamaños, sino en la inmensidad de sus pequeños gestos.

No. Lo que te hace grande no es el número de amigos online, ni tu influencia en una red social, ni tan siquiera el número de «likes». —Eso, si me apuras, se compra. —

Y, créeme, que lo que te hace grande no se compra y, sin embargo, tiene un valor incalculable: Se esconde en un honesto «Te quiero» sin palabras, en la humildad de un abrazo a tiempo y en la generosidad de un hombro donde reír y llorar.

Lo que te hace grande no es tu altura, ni unos ceros extra en tu cuenta, como tampoco aquello que aparece en tu currículum, sino las veces que eres capaz de pedir perdón cuando más cuesta, el momento en que decides seguir luchando «un poquito más» o aquella vez que dijiste «hasta aquí» cuando sentías que «una y no más». Lo que te hace grande no son los centímetros de tus tacones, ni la ropa que vistes, ni la talla con la que te ves bonita, sino tu forma de pisar fuerte cuando más lo necesitas y aquellos momentos de vulnerabilidad donde te desnudas los miedos y te sientes más arropada que nunca.

Existen muchas formas de ser grande, pero especialmente una de ser enorme: Cuando te quieres sin medida, con el corazón por delante y la valentía por fuera. Eso sí que es magia. Sin trucos.

Chema Montserrat

Ciao.

 

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