domingo, 7 de abril de 2024

Dudo, Señor. Dudo

Dudo, Señor. Dudo...

Y busco tu resurrección en gestos espectaculares, coincidencias imposibles o cambios radicales.

Pero ni siquiera a Tomás, tu amigo, le diste esas señales.

Sino que enseñaste tus heridas y tu carne dolorida, un costado abierto y unas manos atravesadas.

Hoy, ante mis dudas, vuelves a apuntar a tus heridas.

Hoy no ya por clavos y lanzas.

Sino en tu cuerpo, que es la Iglesia, que es el mundo.

En tus heridas abiertas hoy me llamas a descubrirte vivo y resucitado.

En las heridas sangrantes por la injusticia del mundo.

Y en las heridas de mi vida que no soy capaz de curar.

Pero, aunque yo me resista y te pida nuevas pruebas, es ahí donde señalas.

Y me dices otra vez que crea en Ti porque estás vivo y resucitado.

Óscar Cala, SJ

Ciao.

 

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