El Señor es mi pastor, nada me falta...
Estas maravillosas palabras no han perdido nada de su profundo impacto en los difíciles días que todos enfrentamos hoy.
Primero restauró nuestra alma a una vida nueva, a través del poder vivificador de Su Muerte y Resurrección, cuando confiamos por primera vez en Su nombre para nuestra gran salvación. Él continúa confortando nuestra alma desfallecida y revitalizando nuestro espíritu cuando nos encontramos cansados por las presiones del mundo o descubrimos que estamos agotados, heridos, ansiosos o simplemente agotados en esta vida problemática. Dios, nuestro gran Pastor desea confortar diariamente al alma ansiosa o desalentada y saciar cada necesidad en nuestra vida.
El Maestro Constructor sacará el plano original y nos restaurará. Restaurará el vigor a tu alma. Restaurará la energía. Restaurará la esperanza. Restaurará tu alma.
Ciao.
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