Los nuevo censores

 LOS NUEVOS CENSORES...

Tienen tan interiorizada su superioridad moral, que ni siquiera caen en la cuenta del doble rasero constante que utilizan. 

Alardean de tolerancia, pero no pueden ser más intolerantes con quien no piensa como ellos. 

Afean las “fobias”, -pero cuando llega el momento de comentar noticias ellos sí pueden utilizar la gordura, la vejez, o la fealdad como motivo de burla. 

Exigen que las mujeres estén empoderadas salvo que libremente elijan lo que a ellos no les gusta. 

Respetan todos los credos, salvo a los católicos,  que por el mero hecho de serlo son rancios, medievales u otras sandeces. 

Llaman humor al insulto, pero ¡Ay de quien se atreva a hacer humor con ellos! 

Se quejan de todo tipo de elitismo, sin darse cuenta de que ellos han elegido convertirse en élite ideológica. 

Creen que la cultura es monolítica, incapaces de vivir en un mundo verdaderamente plural. 

Hacen del odio su nueva religión. Se encantan cuando se escuchan.  

Piden diálogo para a renglón sentido insultar a quien no les dé la razón. 

Utilizan a los pobres como coartada ideológica, pero son tan ricos como aquellos a los que critican. (O, en todo caso, infinitamente más ricos que aquellos pobres a los que dicen servir, pero de los que en realidad se sirven para algunos discursos).

Es agotador verlos escuchándose a sí mismos, o unos a otros entre sonrisas de adulación, pero cancelar inmediatamente a quien se atreve a plantearles sus propias contradicciones. Porque han confundido el diálogo con monólogo a varias voces.

José María Rodríguez Olaizola, SJ

Ciao.