El ajedrez

El ajedrez puede ser un juego de estrategia, pero también se  puede ver como la vida cotidiana.

Porque se trata de un juego, en el cual dispones de una serie de piezas, como son el Rey, su Reina o Dama.

Los Alfiles, que pueden representar a tu descendencia.

Los Caballos, que te proporcionan la movilidad, Las Torres, como tu techo.

Y los Peones, que pueden representar a esas personas que te rodean, que realmente importan pero no llegan a tener la importancia de las piezas principales.

Lo que está claro es que puedes sacrificar a los Peones, para proteger a tu partida, que es tu vida. Puedes sacrificar los Caballos aún sabiendo que pierdes movilidad, pero tiene remedio. También en un momento dado puedes sacrificar las Torres, porque a fin de cuentas es tu casa, que es algo material y puede ser algo prescindible.

Los alfiles nunca se deben de perder, porque están siempre vigilantes guardando la distancia, a menos que a lo largo de la partida que es la vida se pierdan, pero podrás recuperarlos, contando con la ayuda de los peones que lleves a su meta.

Pero un Rey, tiene que tener claro, que nunca puede perder a su reina puesto que si los movimientos son compartidos entre ambos ganaréis la partida, pero si por el contrario no te importa perder a tu reina, será  porque esta figura no encaja en tu juego. Pero tendrás que replantear tu partida, porque a fin de cuentas la partida la tienes que jugar y la vida la tienes que vivir.

¿Cuál es la moraleja?  Qué en la vida como en la partida todas las piezas son importantes hasta los Peones, porque son los amigos que no valoramos, pero que están y son los que te ayudan, porque te ayudan con la recuperación de las torres, la  conservación de los alfiles, te pueden proporcionar la movilidad de los caballos y lo más importante, te pueden ayudar a conseguir o a  proteger a una nueva Reina para tu partida.

Chema Montserrat

Ciao.