Nos dijiste: Poneos en camino…
(A quien se queda en casa y a lo suyo no le da el corazón para más incumbencias que tristear a solas).
Nos dijiste: Poneos en camino…
(Y como explica el otro: A aquellos que no andan les suena el corazón como un cencerro).
Oh, pobres de nosotros.
Un par de cosas bastan para no ir tras de ti: El perfil de una flor, el canto de algún pájaro…
Nos dices todavía: Dejad a un lado tantos bultos inútiles, los deseos vacíos, las querencias de nada.
Andar es lo que importa.
No quedarnos ahí en la cocinilla a recontar los días de abstinencia y otras devociones.
¡Señor, que te sigamos con la intemperie a cuestas!
Valentín Arteaga
Ciao.
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