jueves, 5 de septiembre de 2024

Ser responsables

Nos enseñan que para ser responsables debemos preocuparnos cuando las cosas no van bien. Y es que es cierto que cierta dosis de preocupación puede servir de ayuda para reaccionar ante determinados problemas, pero se convierte en una reacción patológica cuando nos preocupamos por sucesos de baja probabilidad o entramos en “modo centrifugadora mental”, dando vueltas a los problemas sin resolverlos nunca. Tormentas mentales a las que muchos se exponen a diario sin saber cómo salir de ellas.

Quizás deberíamos aprender a preocuparnos menos y “ocuparnos” más. No somos conscientes del coste que pagamos cuando tomamos como hábito la preocupación constante y excesiva, no solo a nivel psicológico (desgaste emocional importante), sino a nivel físico (dolores de cabeza, insomnio, estrés, irascibilidad, etcétera), incluso debilitando nuestro sistema inmunitario.

En función de la escala de valores que tiene cada persona, unos tendrán unas preocupaciones y otros, otras diferentes. TODOS LAS TENEMOS. Lo que nos diferencia es que mientras unos se sumergen en ese estado de preocupación, otros se concentran en buscar una solución y actúan. Y es que la preocupación sin acción, es de todo menos útil.

Ciao.

 

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