Tormentas

  Las tormentas nos asustan y conmueven. 

Hay tormentas que se van como vienen y otras que dejan daños a su paso.

Hay tormentas que pegan en el asfalto y otras que parten el corazón.

Hay tormentas que despejan el camino y otras que lo embarran demasiado.

Hay tormentas con rayos y otras que se quedan sólo en relámpagos.

Hay tormentas con mucho aparato pero que luego son lo son tanto.

Hay tormentas que vienen bien porque se llevan por delante lo que no merecía demasiado la pena.

Hay tormentas que invitan a recogerse en casa para que, sus truenos y otros efectos, pasen de largo.

Pero hay tormentas que no se ven y esas son las más peligrosas. Las que se escuchan de lejos y ante las cuales no estamos prevenidos. Son las tormentas disfrazadas de amigos, confidentes, cómplices y que luego resultan ser sellos traicioneros. Ante esas tormentas, las últimas, lo mejor un paraguas resistente y con resorte de acero.

Javier Leoz Ventura 

Ciao.