De los que se fueron pero dejaron sentimientos en nuestros corazones, imágenes en los recuerdos, vacíos en los rincones.
De los que lloramos porque les quisimos y del espacio que nada ni nadie han ocupado.
De los que añoramos en ésta o en aquella situación cuando, su palabra, su silencio o su consejo nos darían luz necesaria.
De las alegrías compartidas, de los intensos momentos vividos, de las noches con estrellas y de los días resplandecientes con sus presencia.
De las luchas en común y de los proyectos por terminar, de las quimeras que no se cumplieron por falta de tiempo.
Se fueron pero en la soledad, soledad compartida, los apreciamos cosidos a cada día que saluda y en cada atardecer que nos arropa. Porque cuando alguien querido se va puede que virtualmente desaparezca pero, espiritual y afectivamente, siguen latentes, operativos, vivos, risueños y acompañándonos en el camino. Mientras tanto...DIOS los reciba y DIOS los bendiga.
Son...Recuerdos con esperanza.
Javier Leoz Ventura
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario