¡APARTATE, SEÑOR!
Porque, siendo como eres Dios, no mereces una compañía como la mía.
Porque, siendo como eres Eterno, mi vida se conforma, demasiadas veces, con lo efímero, vacío o caduco.
¡APARTATE, SEÑOR!
Porque tu beldad pone al descubierto la mentira de mi existencia.
Porque, siendo como Tú eres, insistes, una y otra vez, en aquellas puertas en las que hace tiempo los nudillos de mi mano dejaron de golpear.
¡APARTATE, SEÑOR!
Tú me invitas a intentarlo de nuevo, y yo doy marcha atrás allá donde no veo éxito.
Tú me animas a mirar hacia el horizonte y sigo empeñado en instalarme en el pasado.
Tú te fías, de mis pobres fuerzas, cuando yo, frecuentemente, dudo de que Tú me apoyes en mis luchas.
¡APARTATE, SEÑOR!
Temo tirar la toalla, si el sol no brilla.
Si la suerte no sale a mi encuentro.
Si, las dificultades, son más grandes que mi capacidad para hacerles frente.
¡APARTATE, SEÑOR!
Que, mis pecados, me abruman.
Que, mis pecados, me paralizan.
Que, mis pecados, hacen que me sienta como alguien que traiciona a Aquel que es Dios bajado del cielo.
Que, mis pecados y mi vida vacía, me impiden amarte como mereces me condicionan seguirte como Tú exiges me imposibilitan servirte. como, Tú Señor, requieres
Amén.
Javier Leoz Ventura
Ciao.
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