Iré contigo, sin tejer nidos con ramas que se secan y esconden el horizonte con su redonda caricia.
Sin los atajos de la prisa que ignoran los paisajes, atropellan los instantes, ni besan ni respiran.
Sin girar sobre mí mismo, rueda atascada en la queja de lodos viejos y podridos sin sol y sin hermanos.
Iré contigo, que oyes con corazón hospitalario para sanar todos los lamentos, que abrazas las últimas espaldas para avanzar con todos y a tiempo, que llegas en todo ahora para estar partiendo siempre.
Benjamín G. Buelta
Ciao.
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