Madurar

Madurar es aprender a hacer equilibrismos, a decir no y a trazar límites. Es afrontar conversaciones y no salir corriendo. 

Madurar es elegir sin pedir permiso y opinión. Es comprender que no estamos aquí para cumplir las expectativas del resto.

Madurar es sumar, no exigirse tanto, parar y respirar. Saltar charcos, cruzar puentes, construir escaleras, dibujar ventanas y cerrar alguna puerta.

Mirar de frente y enfrentarte a tus miedos más profundos. 

Madurar es comprobar lo profundo que está el río y mojarse el culo. Es quererse bien y dejarse querer, derribar muros, escalar montañas. Sentarse solo y descubrir qué quieres y quién eres. Es aprender a dejar ir… Madurar es soltar.

Madurar es comprender que todo puede cambiar en un segundo, que subir y bajar forma parte de esta vida, que al girar la esquina te puede esperar una sorpresa. Que en algunos momentos te sentirás una presa indefensa entre el caos y las prisas, pero justo ahí, en ese punto, aprenderás que no hay mejor defensa que un buen ataque. 

Madurar es valorar cada detalle y dar la talla como persona. 

Madurar es darle la mano al niño que llevamos dentro y sacar fuera lo que nos asfixia. 

Madurar es ir cumpliendo metas y años y sueños. Disfrutar de cada estación. Mirar y observar. Sí, seguir soñando… Eso es madurar.

Chema Montserrat

Ciao.