Hay que dejarlo todo en el seguimiento a Jesús...
Primero se dejan las cosas: Lo que se recibe heredado y viene grapado al apellido, lo que es fruto del trabajo y lleva nuestra huella.
También hay que dejarse a sí mismo: Los propios miedos, con su parálisis y los propios saberes, con sus rutas ya trazadas.
Después hay que entregar las llaves del futuro, acoger lo que nos ofrece el Señor de la historia y avanzar en diálogo de libertades encontradas mutuamente para siempre, que se unifican en un único paso en la nueva puntada de tejido.
Benjamín González Buelta, SJ
Ciao.

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