Con los años aprendes...
A no enfadarte tanto.
A no pedir explicaciones que ya sabes.
A dejar que la gente se vaya sin hacer ruido.
Entiendes que no todo lo que termina fue un error.
Que hay personas que solo estaban de paso, aunque doliera imaginarlo.
Aprendes que soltar no es rendirse, es cuidar lo que te queda de ti.
Y que, al final, no hace falta cerrar todas las historias.
Basta con quedarte con lo que te hizo bien, con lo que te hizo sentir vivo.
Porque la vida va de eso: De aceptar los cambios, de seguir caminando, y de no perder la ternura, ni siquiera cuando el mundo se pone frío.
Chema Montserrat
Ciao.

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