Solo un necio compraría el envoltorio sin tratar de conocer lo que contiene.
Hay que dejar apagarse la fanfarria para oír la palabra verdadera.
Vivir solo transitando superficies es deambular por el margen de la vida.
Después de cada portada hay una historia.
Detrás de cada fachada, una trastienda.
Tras semblantes controlados, hay tormentas.
Bajo gestos estudiados, lo imprevisto.
Hay discursos que enmascaran vaciedades y silencios clamorosos nunca oídos.
No es posible un evangelio sin cimientos, y no es Dios un espejismo de vacíos.
Es la búsqueda un camino trabajoso que hay que afrontar abierto a lo distinto, para encontrar verdad, justicia, hondura, y su amor como origen y destino.
José María Rodríguez Olaizola, SJ
Ciao.

No hay comentarios:
Publicar un comentario