Diciembre tiene una forma silenciosa de intensificar lo que sentimos. Mientras el mundo se llena de luces, música y celebraciones, el corazón en duelo vive otro ritmo: Uno más lento, más íntimo, más vulnerable.
En estas fechas, los recuerdos se vuelven más nítidos, las ausencias más presentes y los rituales que antes daban alegría ahora pueden sentirse como montañas. No es porque no avances, no es porque no “superes” nada: es porque el amor que existió sigue vivo… Y el duelo es la manera en la que el corazón aprende a convivir con lo que ya no está.
Diciembre confronta, pero también acompaña. Permite honrar, recordar, llorar, agradecer y, a veces, incluso sonreír por lo vivido.
Si este mes duele, no estás fallando: Estás sintiendo. Y sentir es parte del proceso de sanar.
Psic.CinthyaGonzalez
Ciao.

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