lunes, 10 de marzo de 2008

La fortaleza de Dios


Hoy quiero reflexionar sobre la fortaleza que da Dios al hombre que cree en Él cuando se está pasando por un mal momento.
Os cuento:

El sábado murió la madre de un buen amigo mío, después de una larga y penosa enfermedad. Cuando me lo comunicaron me quedé preocupada por cómo reaccionaría él, dado el sufrimiento que había tenido durante la enfermedad de su madre. Lo llamé por teléfono, porque me tuve que ir de viaje y no pude estar con él en el tanatorio, y me encuentro a una persona serena, totalmente resignada con lo que Dios les acababa de mandar, pero fuerte y tranquila por haberle dado a su madre todo lo mejor en vida.
Ayer fué el entierro y me quedé mucho más sorprendida. Con una voz potente y serena cantó el Salmo de la lectura: "El Señor es mi Pastor, nada me falta..."
Esta mañana hemos estado preparando una acción de gracias. Quería dirigirse a las personas que han acudido a la misa de entierro ayer y a los presentes hoy, para agradecernos nuestro acompañamiento.
Con esa Paz que da Dios a los que creemos en Él y aceptamos sus mandatos, ha ido dando gracias: Primero a Dios por la suerte de haberle mandado a una madre tan buena. Después a los asistentes, por acompañarlos en estos malos momentos y a lo largo de la enfermedad con sus constantes llamadas y visitas; después a los sanitarios que la han atendido y a los sacerdotes que celebraron ayer y hoy las misas de despedida, pero sobre todo lo que más me ha gustado es, las gracias que le ha dado a su madre y a su padre por haber creado una familia unida, que ha compartido penas y alegrías con la ayuda de Dios y del amor que sus padres se tenían.
Hoy he descubierto que hasta la persona más nerviosa, puede alcanzar la paz en los momentos más difíciles de su vida.
Y ¿Quién nos da la paz? Sólamente Dios que nos da la fuerza suficiente para afrontar los momentos críticos por los que pasamos los humanos.
Hoy me comentaba: "Lourdes, esto es muy fuerte. Lo que nos ha pasado es muy fuerte, pero a partir de ahora, es otra la situación que viviremos mi padre, mi hermana y yo, unidos por el amor que mi madre desde el cielo nos manda".
¿No os parece verdaderamente hermoso? Con una pena tremenda en el corazón por esa terrible pérdida, ellos lo afrontarán desde la fe, el amor de Dios que está con ellos y la unión con su madre que vela por ellos en el cielo. Precioso.
Vaya mi cariño a mi amigo Alfonso y su familia, y mi recuerdo y mi oración para Capilla, su madre, que desde el cielo, nos manda la fuerza suficiente, para los que aquí hemos quedado.

Ciao.

2 comentarios:

JAVI DE JAEN dijo...

Me uno a este recuerdo y para que continuen teniendo fuerza y fe para los dias venideros.

alter-ego dijo...

No tengo palabras para comentar,me uno,lo mismo que javi.Recibe mis saludos cordiales.