Tal vez nunca nos hemos parado a pensar la verdad expresada que tiene el Salmo 23.
Lo hemos rezado muchas veces pero tal vez no nos hemos dado cuenta de ello. Aquí os presento hoy, una nueva manera de leer este precioso Salmo.
El Señor es mi Pastor...
¡Es una relación Personal!
Nada me faltará...
¡Es Satisfacción!
Él me hace descansar en pastos de tierna hierba...
¡Es Reposo!
Él me guía junto a aguas mansas y limpias...
¡Es Consuelo!
Él me restaura el alma...
¡Es Fortaleza interior!
Él me conduce por senderos de justicia...
¡Es Guía!
Por amor de su nombre...
¡Es un Hecho!
Sí, aún cuando camino por el valle de la sombra de la muerte...
¡Son las Pruebas!
No temeré ningún mal...
¡Es Protección!
Porque Tú estás conmigo...
¡Es su Fidelidad!
Tu vara y tu cayado me infunden aliento...
¡Es su Disciplina!
Tú preparas delante de mi la mesa bajo los ojos de mis enemigos...
¡Es Esperanza!
Tú unges mi cabeza...
¡Es mi Consagración!
Mi copa está rebosando...
¡Es su Abundancia!
Ciertamente el bien y la benignidad me acompañan todos los días de mi vida...
¡Es su Bendición!
Y yo habitaré en la Casa del Señor...
¡Es Seguridad!
Por siempre...
¡Es la Eternidad!
Amén.
¡Lo más precioso no es AQUELLO que tengo en mi vida, sino a QUIÉN tengo en mi vida!
Ciao.
3 comentarios:
Todavia tengo la piel de gallina, hoy me ha venido muy bien leer este salmo...Gracias.
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Primero es importante ser consciente de que te tienes a ti mism@, quererte mucho y amarte. Con eso conseguirás un estado de total plenitud.
Un saludo
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