lunes, 5 de mayo de 2008
Señor, nos lo has prometido
Vida, paz, justicia, reino, amor, encuentro, plenitud… eso sí que es marketing.
¿Es publicidad engañosa o es de veras una promesa firme? ¿Es como cuando un comercio anuncia felicidad, o es la garantía de ternura con que una madre acuna a su bebé?
Vivimos confiando en una promesa, una palabra que está cargada de contenido, un compromiso de Dios que nos sorprende. ¿Y por qué no terminamos de creérnoslo?
Tal vez porque da vértigo imaginar lo que puede ser un mundo bueno. Tal vez porque el salto al vacío parece demasiado temerario en vez de confiado. Quizás es sólo que un sentido trágico de la vida nos ayuda a conmovernos ante lo terrible, pero nos impide creer de verdad en una palabra de vida.
Pero es fundamental tener una palabra que acoger, un proyecto en el que soñar, una presencia en la que confiar, una promesa que recibir…
Ciao.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola amiga, pase un momento a verte, he estado muy ocpado con mis estudiantes, gracias por esto que escribistes para animarnos, no podemos dejar a un lado nuestros proyectos.
Dios te cuide.
Querida lojeda. con el puente y demás hace días que no te leo. hoy lo he hecho de un tirón. Y además he venido contigo a reclamar al Señor sus promesas. sabemos que siempre las cumple pero somos impacientes y lo queremos ya.
¡Por favor, Señor, no tardes mucho!
Un fuerte abrazo.
Te voy a enlazar donde tengo a mis amigos
Publicar un comentario