sábado, 21 de junio de 2008

Llámame, soy Tu Padre


Cuando en las horas de intenso disgusto,
el desaliento te invade el alma y las lágrimas te
afloran en los ojos, búscame:

Yo Soy aquel que sabe sofocar el llanto y detener las lágrimas.

Cuando te sientas incomprendido por los que
te rodean
y veas que a tu alrededor hay indiferencia,
acércate a Mí:

Yo Soy la luz sobre cuyos rayos aclaran la pureza de tus intenciones y la nobleza de tus sentimientos.

Cuando pierdas el ánimo para arrastrarte en
las vicisitudes de la vida y te sientas desfallecer, llámame:

Yo Soy la fuerza capaz de remover las piedras de los
caminos y sobreponerte a las adversidades del mundo.

Cuando te azote la pobreza y ya no sepas dónde
reclinar la cabeza, corre junto a Mi:

Yo Soy el refugio en cuyo seno encontrarás amparo para
tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.

Cuando te falte la calma, en los momentos de mayor
aflicción y te consideres incapaz de conservar la
serenidad de espíritu, acude a Mí:

Yo Soy la paciencia que te hace vencer los trances más
dolorosos y triunfar en las situaciones más difíciles.

Cuando la tristeza y la melancolía te inunden el
corazón y todo te causa aborrecimiento, llámame:


Yo Soy la alegría que te sopla un aliento nuevo y te hace conocer los encantos de tu mundo interior.

Cuando uno a uno se derrumben los ideales más bellos
y te sientas desesperado, apela a Mí:

Yo Soy la esperanza que robustece la fe y te calienta los sueños.

Cuando la impiedad te rechaza al revelarte las faltas
y experimentes la dureza del corazón humano, acude a Mí:

Yo Soy el perdón que te levanta el ánimo y promueve la
rehabilitación de tu espíritu.

Cuando sientas el desamor y la decepción
por los sentimientos de tus
semejantes, aproxímate a Mí:

Yo Soy la renuncia que te enseña a olvidar las ingratitudes
de los hombres y la incomprensión del mundo.

Cuando pierdas tus fuerzas y no te acuerdes
de Mí,
estás aún a tiempo, búscame, siempre estoy
cercano a los que de corazón me buscan.

Y por último... Cuando por fin quisieras saber quién Soy,
pregunta al río que murmura y al pájaro que canta,
a la flor que se abre y a la estrella que centellea,
al joven que espera y al viejo que recuerda.

Llámame AMOR, el remedio de todos los males que atormentan tu espíritu...
¡YO SOY TU PADRE DIOS!

Ciao.

2 comentarios:

Anaroski dijo...

Por supuesto, al menos yo lo llamo, y creo que ultimamente,tiene que estar hartito de mi, pues con tanto problema, no lo dejo ni descansar, parece como cuando mi hija Lucia (3 años), va a mi cama en mi busca, pues yo también voy en su busca, porque en el fondo todos somos un poco niños.

Buenas tardes Lourdes.

PD: Mañana publican el post en Aragón Liberal.

Un saludo.

Laub dijo...

Lourdes, eres bendición igual que ese escrito que nos has regalado. Gracias a Dios por tu vida y por tu don. Un abrazo fraternal.