
Cuando en las horas de intenso disgusto,
el desaliento te invade el alma y las lágrimas te
afloran en los ojos, búscame:
Yo Soy aquel que sabe sofocar el llanto y detener las lágrimas.
Cuando te sientas incomprendido por los que
te rodean y veas que a tu alrededor hay indiferencia,
acércate a Mí:
Yo Soy la luz sobre cuyos rayos aclaran la pureza de tus intenciones y la nobleza de tus sentimientos.
Cuando pierdas el ánimo para arrastrarte en
las vicisitudes de la vida y te sientas desfallecer, llámame:
Yo Soy la fuerza capaz de remover las piedras de los
caminos y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Cuando te azote la pobreza y ya no sepas dónde
reclinar la cabeza, corre junto a Mi:
Yo Soy el refugio en cuyo seno encontrarás amparo para
tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.
Cuando te falte la calma, en los momentos de mayor
aflicción y te consideres incapaz de conservar la
serenidad de espíritu, acude a Mí:
Yo Soy la paciencia que te hace vencer los trances más
dolorosos y triunfar en las situaciones más difíciles.
Cuando la tristeza y la melancolía te inunden el
corazón y todo te causa aborrecimiento, llámame:
Yo Soy la alegría que te sopla un aliento nuevo y te hace conocer los encantos de tu mundo interior.
Cuando uno a uno se derrumben los ideales más bellos
y te sientas desesperado, apela a Mí:
Yo Soy la esperanza que robustece la fe y te calienta los sueños.
Cuando la impiedad te rechaza al revelarte las faltas
y experimentes la dureza del corazón humano, acude a Mí:
Yo Soy el perdón que te levanta el ánimo y promueve la
rehabilitación de tu espíritu.
Cuando sientas el desamor y la decepción
por los sentimientos de tus
semejantes, aproxímate a Mí:
Yo Soy la renuncia que te enseña a olvidar las ingratitudes
de los hombres y la incomprensión del mundo.
Cuando pierdas tus fuerzas y no te acuerdes
de Mí, estás aún a tiempo, búscame, siempre estoy
cercano a los que de corazón me buscan.
Y por último... Cuando por fin quisieras saber quién Soy,
pregunta al río que murmura y al pájaro que canta,
a la flor que se abre y a la estrella que centellea,
al joven que espera y al viejo que recuerda.
¡YO SOY TU PADRE DIOS!
Ciao.
2 comentarios:
Por supuesto, al menos yo lo llamo, y creo que ultimamente,tiene que estar hartito de mi, pues con tanto problema, no lo dejo ni descansar, parece como cuando mi hija Lucia (3 años), va a mi cama en mi busca, pues yo también voy en su busca, porque en el fondo todos somos un poco niños.
Buenas tardes Lourdes.
PD: Mañana publican el post en Aragón Liberal.
Un saludo.
Lourdes, eres bendición igual que ese escrito que nos has regalado. Gracias a Dios por tu vida y por tu don. Un abrazo fraternal.
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