
He encontrado una oración de la Madre Teresa de Calcuta, que me parece una maravilla.
En este mundo tan triste, me parece esencial encomendarnos a Dios todos los días, para que nos de la alegría y la sonrisa que todo cristiano debe transmitir.
Aquí os la dejo para que la disfrutéis y la recéis.
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén. Ciao.
3 comentarios:
Qué sencillo y qué sutil. Solo alguien con la sensibilidad de Madre Teresa podía descubrir la vital importancia cristiana de la sonrisa como expresión de la alegría de poseer del don de la fe. Y sin embargo, ¡qué antipáticos resultamos a una gran parte de la sociedad! Seguramente es que nos ven con los cristales equivocados y la imagen que les llega está distorsionada, pero tal vez, también nosotros algo hayamos hecho mal...
Tienes razón, Armando, ¡Cuesta tan poco sonreír! Es el mejor regalo que podemos dar, porque para este regalo, no se necesita tener ningún patrimonio, sólo ganas de ser amables con los demás.
Gracias por tu visita y comentario.
Un saludo
Es hermoso ver un rostro donde se dibuja una sonrisa. Claro no todos somos capaces de la sonrisa tan amplia de ella. Pero podemos aprender y contagiar!
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