La calidad de nuestra vida no sólo depende del progreso material, sino también de que cultivemos paz y felicidad en nuestro interior.
Por ejemplo, en el pasado numerosos ermitaños vivían en países pobres y, a pesar de ello, disfrutaban de felicidad pura y duradera porque practicaban las enseñanzas de Jesús.
Si integramos las enseñanzas de Jesús en nuestra vida diaria, podemos resolver nuestros problemas internos y disfrutar de verdadera serenidad. Sin paz interior, la paz externa es imposible.
Si establecemos primero la paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en el camino espiritual, la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no lo hacemos así, nunca habrá paz en el mundo por muchas campañas que se organicen en su favor.
Sin paz interior, la paz externa es imposible. Todos deseamos que haya paz en el mundo, pero esto no ocurrirá hasta que encontremos paz en nuestras mentes.
Aunque se envíen tropas para pacificar los conflictos bélicos, es imposible imponer la paz por las armas. Sólo descubriendo la paz interior en nuestra mente y ayudando a los demás a hacer lo mismo podremos conseguir la paz mundial.Ciao.
1 comentario:
Estamos de acuerdo, primero la paz adentro para que se manifieste afuera...también las ganas y la pasión de creer que podemos hacer cambios importantes...siempre se necesita mucho amor para dar!
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