
Cae la noche y los temores vienen a mí...
No por mi... Sino por mis hijos.
Que dura es la vida...Que difícil vivirla...
Desde el mismo momento en que en nuestro vientre comienza a crecer esa semilla llamada hijo, empiezan nuestros temores y preocupaciones....
No hay descanso hasta el último día...
El día que nosotras o ellos dejemos de existir...
Por todos los medios tratamos de que esa semilla que germinó en nuestro seno no sufra... pero eso es imposible... la vida es dura y tenemos que enseñarles a afrontarla desde nuestro amor y cuidado...
Por más que tratemos de prepararles un camino de rosas... ellos encontrarán inevitablemente sus espinas...
Esa es la ley de la vida... Pero para eso estamos aquí, para suavizarles ese camino... Para mostrarselo... Para enseñarles a afrontarlo con valentía...
Me da miedo el futuro... Lo desconocido... Los veo, cuando están junto a mí... Y me siento feliz cuando los veo, ya hombres... Pero me asalta el temor de no saber lo que les sucederá cuando se alejan por obligación de sus trabajos...
Recuerdo cuando de niños besaba sus piecesitos... Cuando les daba de comer... Cuando entre mis brazos los dormía... Y con mi calor los arrullaba...
Cuando mi risa se unía a la de ellos... Cuando todos dormían... Cuando la casa estaba en silencio... ¡Qué paz, qué seguridad entonces...!
Cuando el sueño no llegaba a mi y el desvelo me acechaba... Me levantaba de mi cama y los miraba... Y me daban fuerzas para seguir hacia adelante.
En su blanca inocencia te sugieren ideas que en el momento no puedes ni entender...
Pero... El tiempo pasa...
Y ahora son ya jóvenes adultos e independientes...
Pero siguen siendo mis pequeños niños... Y mis temores están siempre conmigo... Cada vez que nos separamos trato por todos los medios dejarles saber que los quiero...Que no importa dónde estén, o dónde esté yo... Siempre, siempre estarán en mis oraciones y en mi corazón...
Del pasado aprendí lo que vivo en el presente, del presente aprendo, para así poder tener un buen futuro junto a ellos...
Y a Dios pido todos los días porque mis temores de madre desaparezcan... Y cada día que pase , lazos de amor, ternura y comprención me unan a ellos en la lejanía y en nuestro corazón...
Son mis hijos... Y los quiero
Ciao.
4 comentarios:
Supongo que muchas madres sufren. La vida es dura como tu dices.Los míos todavía no son independientes pero tengo 4 adolescentes y realmente sufres. "Señor no los dejes".La pequeña todavía está feliz, preparando ya la vuelta al cole.Pero a veces piensas...¿Qué será de ella? Tantas cosas buenas de la infancia, no las va a perder, ¿verdad?
Gracias Soc por tu visita.
Imagino que mis temores, son los de todas las madres.
Solo cambia el tiempo, según la edad que tengan los hijos, pero lo que si es verdad es, que desde que nacen se convierten en un motivo de alegría-desvelo, que es natural porque esos seres que han nacido de nosotras son lo que mas queremos de este mundo. Al menos yo opino así, pero eso amor, no quiere decir que los metamos en una urna para aislarlos de este mundo.
Un beso.
"No hay descanso hasta el último día...
El día que nosotras o ellos dejemos de existir..."
En realidad, Lourdes, el descanso es cuando nosotras dejemos de existir:)
Cómo te entiendo. Ausencia de noticias, buenas noticias. Mi primogénito en Togo, cuatro días ya sin noticias.
Madre mía, Madre mía, ....y confiar y confiar.
Un beso guapa
Luisa
Luisa, confiar y rezar mucho. Estoy segura que Dios los lleva de su mano y a eso es en lo que yo confío.
Un besito y ya veras como tienes pronto noticias de él.
Por cierto ¿Qué hace tu hijo en Togo?
Publicar un comentario