martes, 26 de enero de 2010

Necesitamos un cambio



La reacción de muchas personas consiste en levantar las manos al cielo, horrorizadas ante lo que podemos llamar el desastre de sus vidas, y renunciar a cualquier intento de hacer nada.
Otras se enfadan consigo mismas o con la vida, y también abandonan la partida.

En general, piensan que si la situación es desesperada, y parece imposible hacer cambios, ¿Para qué intentarlo?
Y el razonamiento continúa así: "Quédate cómo estás. Por lo menos es un sufrimiento que ya sabes como manejar y conoces. No te gusta, pero ya lo conoces, y es de esperar que las cosas no empeoren más".

Para mí, el enfado habitual es como quedarse sentado en un rincón con un sombrero calado hasta las orejas para no escuchar ni ver.
¿No os es familiar esta situación? Nos sucede algo y nos enfadamos; nos sucede otra cosa y volvemos a enfadarnos, una y otra vez, pero nunca vamos más allá del enojo.

¿De qué sirve esto? Es una reacción tonta que desperdiciemos nuestro tiempo sin hacer nada más que enfadarnos. estas situaciones también nos llevan negarnos a ver la vida de una manera nueva y diferente.

Sería mucho más útil si nos preguntáramos cómo es que uno va creando tantas situaciones enojosas.

¿Cuál creéis vosotros que es la causa de todas estas frustraciones? ¿Qué es lo que nosotros generamos, que produce en los otros la necesidad de irritarlo? ¿Por qué creéis que necesitamos enfadarnos para conseguir lo que queremos?

Cualquier cosa que demos, la volvemos a recibir. Si lo que damos es enojo, estamos creando situaciones que nos darán motivos de enojo, como si nos quedáramos en un rincón agazapados, sin ir a ninguna parte.

Si realmente quieres saber hasta qué punto eres un terc@, encara la idea de estar dispuest@ a cambiar.
Todos queremos que nuestra vida cambie, que nuestra situación mejore, pero no queremos tener que cambiar. Más bien querríamos que cambien ellos.

Para hacer que eso suceda, debemos cambiar nosotros interiormente. Debemos cambiar nuestra manera de pensar, nuestra manera de hablar, nuestra manera de expresarnos.
Sólo entonces se producirán los cambios externos.

Ciao.

1 comentario:

CRIS dijo...

No puedo estar más de acuerdo..."las cosas sólo se hacen si se hacen".

Si hay algo que me repatea es escuchar permanentemente..."voy a", "Hay que...", "Tendríamos que...". Generalmente, se dicen después de una situación que nos ha disgustado o mirando a nuestro alrededor o nuestra propia vida.

Yo tengo un caballo de batalla con eso...sobre todo, y voy a decir algo "banal", con el orden en casa...me puedo pasar días diciendo "esta casa es un desastre"...que cómo no me ponga y me líe a tirar cosas y a guardar...allí no hay nada que hacer, jajaja.

En otras cosas más trascendentes, soy muy exigente conmigo misma y muchas veces me desespero con no tener la capacidad de dar el paso adelante...pero bueno...no pierdo la esperanza en que a todo aquello que yo no llego y quiero llegar, hay Otro que llegará por mí y así se lo pido.

Un abrazo linda...¡Por fin vuelvo a la vida blogera aunque sea a costa de currar en la oficina!