viernes, 30 de abril de 2010

La Ternura


TERNURA,
a veces nos da miedo usar demasiado esa palabra. Porque es palabra poderosa y llena de significado y fuerza.
Evoca casa, caricia, encuentro, delicadeza, amor.
Responde a incertidumbres, disipa soledades, expresa afectos. Por eso es mejor no gastarla. Quizás sea mejor no pronunciarla demasiado, aunque, eso sí, vivirla siempre que se pueda.
No reducirla a un puro gesto, sino cargarla con toda la fuerza que tiene. La fuerza de las entrañas que se estremecen y vibran con las historias compartidas, con las heridas del prójimo que espera sanación, con el abrazo que es refugio y llegada.

Dios ha de mirarnos con ternura. Con la pasión de quien nos sabe frágiles, de quien ama lo que somos y al tiempo sabe que podemos rompernos en muchas circunstancias. Con la distancia de quien, estando cerca como nadie, al tiempo sabe que necesitamos nuestro espacio, nuestra autonomía, nuestra libertad. Con la preocupación de quien sufre con nuestras heridas, y con la fidelidad de quien no se aleja.
¿Cómo, si no, serías Tu, mi Dios? ¿Un Dios misericordioso…? ¿Un Dios padre, madre, alfarero, viñador paciente? Señor, Tú sabes ver el fruto antes de que surja, y a tu manera, sonríes y anhelas al adivinar las posibilidades en nosotros.

También yo, nosotros, tenemos un corazón de carne. A veces se endurece un poco. En unas ocasiones es por miedo al dolor. En otras por la propia historia, que nos hace fríos o inseguros. Pero, al final, es de carne, y late, y vibra y se estremece o se enamora y es corazón amante y amigo y hermano y prójimo.
Y solo cuando nos dejamos ser así vivimos auténticamente encarnados (palabra que quiere decir con los pies en la tierra, en la hondura de la vida).
Y solo así aprendemos a acoger, a acompañar, a estar dispuestos para cuidar a otros, a muchos, ojalá a todos… Y ahí, en la ternura, somos de verdad personas, humanos e imagen tuya, Señor.

Ciao.

3 comentarios:

MARTINA dijo...

Lourdes: precioso lo que escribiste; muy profundo

MARÍA

Unknown dijo...

Gracias. Siento contigo la importancia de la ternura, amor, ir al encuentro, sembrar paz... extraordinario. De verdad, da sentido a la vida. Gracias. Te he conocido a través de nuestro Sitio www.paulinas.org

lojeda dijo...

María y Paulinas, gracias por vuestras palabras.
Un abrazo grande