lunes, 31 de mayo de 2010

El valor de la memoria


Hay días en que miro atrás y descubro que voy acumulando miles de recuerdos. Y si esto pasa cuando uno es joven, qué no será cuando se tiene cierta edad...
Supongo que nos damos cuenta que empezamos a ser adultos cuando, podemos mirar atrás, y vamos teniendo memoria y recuerdos; empezamos a sentir que hay heridas (unas bien cicatrizadas, otras que aún escuecen); que hay situaciones alegres que, al recordarlas, no pueden menos que suscitar una sonrisa; que hay rostros que en algún momento fueron tan cercanos y ahora se desdibujan un poco, pero aún me hacen vibrar.
Entonces las palabras como gratitud, arrepentimiento, olvido, nostalgia, madurez, historia, empiezan a cobrar sentido...
Es hermoso este tiempo en el que los recuerdos aún no pesan, pero que son reales. Es muy hermoso saber que vamos cargando las "maletas" con un equipaje que incluye nombres, abrazos, errores, lecciones, perdones, fracasos y éxitos, caricias, opciones, luchas, oraciones, dudas, pequeñas historias que van entretejiendo una historia grande.
Tengo la esperanza de que a mi vida le quede todavía mucho por escribir, y a la vez, empieza a haber algo ya escrito, que me convierte en quien soy, una persona única, distinta, especial, con mis virtudes y mis defectos, mis manías y mis encantos...
Sé que soy parte del engranaje de un mundo en el que todos somos únicos e irrepetibles,
y esta variedad es lo que nos enriquece.

Ciao.


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