He encontrado esta carta de una mejicana a las autoridades de su país, pidiendo la defensa de la vida. Esta preciosa reflexión, podría hacerse extensiva a todos esos políticos que defienden al aborto, como una solución para proclamar la libertad de las mujeres.
Espero que os guste.
La vida humana es lo más maravilloso que hay sobre la tierra. Con la fecundación empieza la aventura de toda vida humana. Cuando una mujer se embaraza dice: “Estoy esperando un hijo”.
La ciencia dice que el fruto del amor entre un hombre y una mujer es una persona. ¡Impresiona la perfección de los bebés! Desde el primer instante ya tienen el programa de un ser individual, único e irrepetible.
Un hijo hace a sus padres más felices que todas las cosas materiales de la tierra.
El Artículo 14 Constitucional consagra el respeto a la vida humana como fundamento de los demás derechos; es decir, nadie puede ser privado de la vida. Y en el caso del no nacido, el aborto sería darle pena de muerte sin un juicio previo. Tan es persona que en nuestro país, un no nacido puede heredar.
Les suplico que no se manchen las manos de sangre, con la aprobación de la ley del aborto.
¿Queremos mujeres frustradas y sin salud física y sin moral? Eso es lo que hace el aborto provocado.
La mayor riqueza de México son sus gentes. Es deber del estado proteger a los ciudadanos, sobre todo a los más vulnerables: los niños, los ancianos y los minusválidos. El derecho a la vida no está subordinado a nada. No es una concesión del Estado ni de los padres; es inherente a la persona.
La legislación dice que todos somos iguales ante ella, ¿por qué hay discriminación con los no nacidos? Si un Estado sucumbe y aprueba el aborto, destruye el estado de derecho y a las familias. No conviertan a la Asamblea Legislativa en una institución exterminadora.
Atentamente
Martha Morales
Ciao.
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