domingo, 5 de febrero de 2012
Aborto: un desafío cultural
1. Las leyes abortivas han convertido el aborto en un método anticonceptivo más. Leyes de plazos como la española provocan un incremento del número de abortos, al convertirlo en una opción anticonceptiva como cualquier otra. Las pacientes del doctor Tarantini han abortado entre tres y seis veces de media. Tiene una que ha abortado cuarenta veces.
2. Hay que reconsiderar la tesis de que se aborta por carencias económicas y sociales. La experiencia del doctor Tarantini cuestiona radicalmente este lugar común de la estrategia provida. La ley abortista italiana es de hace treinta años y ha producido el siguiente comportamiento predominante: abortan más las mujeres cultivadas y en una posición de independencia económica. Sólo las inmigrantes se apartan algo de esta tendencia.
3. Se aborta con total indolencia por la naturaleza humana del feto. El doctor Tarantini describe la espeluznante frialdad de sus pacientes a la hora de abortar. Algunas le dicen que prefieren el aborto a la píldora anticonceptiva, porque ésta engorda.
4. Las leyes de apoyo a la maternidad, los cheques bebés y otras políticas como la obligatoriedad de informar sobre alternativas al aborto son respuestas intrascendentes frente al problema de fondo, que es de naturaleza cultural: una mentalidad nihilista que ha desvalorizado por completo la maternidad. Muchas pacientes del doctor Tarantini ni siquiera quieren hablar con la asistente social. Si la gente no cree en el valor de tener hijos, da igual cómo la incentives: seguirá abortando.
5. Si una sociedad no cree en nada (ni en Dios, no en el bien común, ni en una nación), es muy difícil, por no decir imposible, que quiera tener hijos; de ahí, señala José María Marco, la tendencia suicida de comunidades como la española.
6. Cuanto más intervenga el Estado en la configuración, la educación y el cuidado de las familias, más irresponsables se volverán los individuos y más rápido será el deterioro del ideal de maternidad.
7. La respuesta al aborto debe formar parte de una ofensiva cultural de mayor alcance. Las leyes de apoyo a la maternidad que promueve el PP en sus comunidades autónomas ( y que luego no aplica, como se ha visto en el caso reciente de la Comunidad Valenciana, subvencionando abortos a las jóvenes) son un placebo irrelevante y siguen una estrategia equivocada que pone en el centro lo que es sólo un aspecto secundario del problema. No es la falta de recursos económicos, sino la falta de ideales, la causa fundamental del aborto y de las leyes que lo han convertido en una práctica cotidiana socialmente aceptada.
Ciao.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario