lunes, 20 de febrero de 2012
Las montañas de tu vida
"Confía en el Señor con todo el corazón, y no te fíes de tu propia sabiduría. En cualquiera cosa que hagas, tenlo presente Él allanará tus caminos".
¿Te gustan las alturas? ¿Te atraen las montañas? ¿Te gustaría escalar una?
Hablando de montañas, cada vez que me entero de que alguien ha conseguido escalar una alta montaña, o cuando aumenta el número de los que llegaron a las cimas de las montañas más alta del mundo, me paro un momento a pensar y me pregunto ¿Cómo lo hizo?
Todos conocemos por las noticias de los medios de comunicación como grandes escaladores, han conseguido grandes proezas escalando las montañas más altas del mundo. Son varias las cimas de 7 y 8 mil metros que consiguen que nuestros desportistas consigan llegar a la cima, no con pocas deifcultades.
Para nosotros es impensable alcalzar dichas cimas, pero el motivo de tocar el tema de las montañas, es que en la vida espiritual, y sin apenas darnos cuenta, se nos presentan un sin número de montañas, día a día aparecen en nuestro itinerario diferentes cordilleras que nos impiden seguir adelante.
Todos estamos en camino a la tierra prometida, y en el trayecto por un tiempo el camino parece llano, sin obstáculos pero de un día para otro aparece ante nosotros una montaña, aparentemente insalvable, es decir, que se nos atraviesa en el camino un tremendo problema y aparece una dificultad tan grande como un "Everest" imposible de escalar, llegando a nuestra vida diferentes montañas espirituales, con el único objetivo de frenar nuestro caminar a la patria celestial.
Pongámosle nombre a nuestras montañas: Depresión, Soledad, Enfermedad, Stress, Tristeza, Pobreza, Alcoholismo, Tentación, etc.
Hay miles de montañas que bloquean nuestra vida.
¿Qué tipo de Everest hay en su vida? ¿En este momento, qué tipo de montaña esta frente a ti?
Muchos de nosotros, en el momento de escalar por encima de los problemas y tribulaciones podemos decir, ¡No puedo escalar, esto no es lo mío! ¡No tengo experiencia! ¡Soy muy joven! o ¡Soy deñasiado mayor!
Para escalar y atravesar las montañas espirituales, nuestra edad, como tambien la experiencia pueden ser un pretexto.
Personas de gran edad, han conseguido grandes logros deportivos y espirituales, por tanto para escalar nuestras montañas espirituales la edad no es pretexto, si queremos llegar a “la tierra prometida”, si tenemos como meta vivir la vida en plenitud que Dios nos ofrece, tenemos que aprender a escalar la montaña y tenemos que enfrentar y subir nuestro propio Everest.
Quizás diremos: “Ya lo he intentado muchas veces me he esforzado, y todos los intentos he fracasado, parece que en lugar de ascender estoy descendiendo".
Si esta es nuestra situación actual, tal vez sea porque no hemos utilizado las herramientas necesarias, o no hemos encontrado a la persona adecuada que nos ayude.
Muchas veces nos equivocamos confiando en nuestras propias fuerzas, confiamos en las personas equivocadas, confiamos en libros y doctrinas erróneas, tendemos a buscar guías espirituales falsos. Para escalar las montañas de tribulaciones tenemos que hacerlo confiando en El Señor, Confiando en el Hijo de Dios. Confiemos en aquel que escalo todas las montañas de las dificultades, su nombre está sobre todo nombre, su nombre está sobre toda montaña y este se llama Jesucristo.
Cualquier cosa que hagamos, en diferentes etapas de nuestra vida, en todo lo que emprendamos tenemos que tener presente al Señor, Él tiene que ser nuestro guía.
Con Jesucristo de guía, amigo y compañero de camino, cuando atravesemos por la cordillera de las dificultades, es promesa de Dios que el allanará nuestros caminos.
¿Pero qué es eso de allanar las montañas? Allanar las m ontañas dde nuestro camino, no es que el Señor nos lo va a facilitar todo, al comienzo yo también pensé así, pero lo cierto es que si confíamos en el Señor, Él nos irá poniendo los medios para que nuestros problemas los vayamos viendo con otros ojos, con otras perspectivas.
Los que en Él confían recuperan fuerzas, subirán con alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse. Esto quiere decir que cuando creemos que ya no tenemos fuerzas para subir, cuando la montaña parece inmensa, si confíamos en el Señor, si nuestro guía es Él, nos parecerá tener alas como las del águila, y estas alas nos permitirán el ascenso.
En este momento yo no se que tipo de problemas y sufrimiento estéis atravesando, no se que tipo de montaña espiritual esta frente a vosotros, pero lo importante es que ya sabemos como enfrentar y escalar esa montaña que nos impiden ser felices.
¡Ánimo! ¡Atrévete A ESCALAR TODAS LA MONTAÑAS DE LAS DIFICULTADES!
Ciao.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario