viernes, 9 de marzo de 2012

Hace cuatro años




HACE CUATRO AÑOS...


"Hoy quiero reflexionar sobre la fortaleza que da Dios al hombre que cree en Él cuando se está pasando por un mal momento".
Os cuento:
El sábado murió la madre de un buen amigo mío, después de una larga y penosa enfermedad. Cuando me lo comunicaron me quedé preocupada por cómo reaccionaría él, dado el sufrimiento que había tenido durante la enfermedad de su madre. Lo llamé por teléfono, porque me tuve que ir de viaje y no pude estar con él en el tanatorio, y me encuentro a una persona serena, totalmente resignada con lo que Dios les acababa de mandar, pero fuerte y tranquila por haberle dado a su madre todo lo mejor en vida.
Ayer fué el entierro y me quedé mucho más sorprendida. Con una voz potente y serena cantó el Salmo de la lectura: "El Señor es mi Pastor, nada me falta..."
Esta mañana hemos estado preparando una acción de gracias. Quería dirigirse a las personas que han acudido a la misa de entierro ayer y a los presentes hoy, para agradecernos nuestro acompañamiento, me contaba mi amigo.
Con esa Paz que da Dios a los que creemos en Él y aceptamos sus mandatos, ha ido dando gracias: 
Primero a Dios por la suerte de haberle mandado a una madre tan buena. 
Después a los asistentes, por acompañarlos en estos malos momentos y a lo largo de la enfermedad con sus constantes llamadas y visitas. 
Después a los sanitarios que la han atendido y a los sacerdotes que celebraron ayer y hoy las misas de despedida, pero sobre todo lo que más me ha gustado es, las gracias que le ha dado a su madre y a su padre por haber creado una familia unida, que ha compartido penas y alegrías con la ayuda de Dios y del amor que sus padres se tenían...
Hoy he descubierto que hasta la persona más nerviosa, puede alcanzar la paz en los momentos más difíciles de su vida.
Y ¿Quién nos da la paz? Sólamente Dios que nos da la fuerza suficiente para afrontar los momentos críticos por los que pasamos los humanos.
Hoy me comentaba: "Lourdes, esto es muy fuerte. Lo que nos ha pasado es muy fuerte, pero a partir de ahora, es otra la situación que viviremos mi padre, mi hermana y yo, unidos por el amor que mi madre desde el cielo nos manda".
¿No os parece verdaderamente hermoso? Con una pena tremenda en el corazón por esa terrible pérdida, ellos lo afrontarán desde la fe, el amor de Dios que está con ellos y la unión con su madre que vela por ellos en el cielo. Precioso.
Vaya mi cariño a mi amigo Alfonso y su familia, y mi recuerdo y mi oración para Capilla, su madre, que desde el cielo, nos manda la fuerza suficiente, para los que aquí hemos quedado".

El día 10 de abril de 2008, escribía este post, dedicado a mi amigo Alfonso y su hermana y padre, para destacar su fortaleza que demostraron ante la pérdida de su madre y esposa.
Han pasado cuatro años justos. Hoy hace un mes, que su padre, Alfonso, subió a la casa del Padre, y de nuevo, tanto mi amigo, como su hermana Mari Carmen y su yerno Jóse, me han demostrado, que cuando se está lleno de Dios, Él se encarga de hacer el resto, para hacer de esa pérdida, un motivo más de aceptar Su voluntad.
La paz que ellos tienen, es digna de admiración...¡Cuánta gente se derrumba por mucho menos".
Ayer estuve en la misa de funeral por Alfonso y su mujer Capilla. Han coincidido en la fecha, con cuatro años de diferencia.
Ha pasado un mes de que este hombre discreto, prudente, sencillo, cariñoso, buen marido y buen padre, que pasó por la vida, en silencio, sin hacer ruido, con discreción, pero siempre solícito todo a lo que su familia le demandaba, no está entre nosotros.
Vaya mi recuerdo para él, que hoy ya goza de la felicidad eterna, junto a su mujer Capilla, con la tranquilidad de ver a sus hijos unidos y fuertes ante su partida.
Queridos amigos, sabéis que os quiero con toda mi alma y que me tenéis para todo. A ti, Carlos, el chiquitín de la casa, tus abuelos te han encargado, ser la alegría de tus padres y de tu tío.
Tú tienes la misión de hacerles estas pérdidas más llevadera. Tú eres la alegría de la casa, y tu misión hoy, es la de sacarles una sonrisa a tus padres y a tu tío. Dios te premiará esa alegría que les trasmites.
Que Dios os bendiga.
Un beso grande para vosotros.

Ciao.











1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias amiga por estas palabras que me emocionan¡¡¡ Que sirvan para demostrar una vez más, que somos FUERTES cuando nos abandonamos en Él. Yo lo he experimentado con la muerte de mis padres, y aunque siento dolor, tengo PAZ.
un beso.
ALFONSO.