lunes, 19 de marzo de 2012

San José, protector de la Vida




Si San José hubiera sido un hombre contemporáneo, envuelto en la neblina de la Cultura de la muerte, más de uno le hubiera aconsejado que obligara a su mujer a abortar. Al fin y al cabo, el niño concebido era un hijo no esperado, no programado, ni siquiera era suyo.

Pero José, no pensó en si ese embarazo cuadraba o no con sus planes, sino en si cuadraba con los planes de Dios. Y por ello, siguió su camino, y cumplió su misión, proteger y cuidar la nueva Vida que crecía ya en el vientre de María.

El ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, decía el martes comentando la campaña de la Conferencia Episcopal que "el camino que siguen los obispos es un camino distinto del que sigue la sociedad".

Yo no lo creo, nuestra sociedad no puede estar tan ciega. Por suerte, no todos siguen el camino de la muerte. Para muchos, no sólo para los obispos, el camino a seguir es el de la Vida, no el marcado por unos politicastros del tres al cuarto que dibujan cuidadosamente los surcos ya manchados de sangre por donde quieren que pisemos.

¡El Hijo de Dios necesitó de alguien que lo protegiera desde el momento de su concepción! ¡Protejamos nosotros también la Vida!

Y no dudemos en rechazar el camino que nos marcan, el de la Cultura de la muerte. Nosotros, sintámonos orgullosos de seguir, como san José, nuestro propio camino, el de la Vida.

Ciao.

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