domingo, 6 de mayo de 2012

El ataque del mundo contra la familia cristiana




La iglesia está en el mundo, y nadie puede ignorar estarealidad. Pero cuando el mundo se cuela dentro de la iglesia, la “sal” de la misma pierde su sabor. Y eso es lo que está sucediendo a medida que el mundo hace más y más profundas incursiones dentro de la iglesia. Pero más grande aún es la amenaza contra nuestras familias cristianas.

Los educadores seculares han determinado sacar hasta con la raíz, toda idea de Dios o normas que exijan la buena conducta moral.
Las teorías de la evolución se nos enseñan desde la cuna hasta la tumba.
La liberación femenista intenta ignorar la Biblia y su autoridad. Los homosexuales han salido de sus escondites y se han dedicado a “proclamar” su estilo de vida, demandando que se les dé reconocimiento y que se enseñe este estilo hasta a los niños. Las drogas y el alcohol siguen invadiendo las escuelas, colegios, las comunidades y los hogares...

Como consecuencia de estos ataques combinados, los hogares están siendo atacados quebrantados de una manera u otra en cantidades alarmantes.

Hace unos años, el mundo practicaba y sufría estos males, pero la Iglesia estaba exenta por lo general. El divorcio era un escándalo, y su consecuencia el estigma social. El culpable era disciplinado y excomulgado, lo cual era evidencia de una preocupación espiritual por estos males.

Esa no es la realidad que estamos viendo hoy. Entre el número de católicos, los divorcios y las separaciones van en aumento. A consecuencia de ésto, muchos hogares son debilitados y rotos. Esta tendencia tiene que ser refrenada o la Iglesia dejará de ser la Iglesia en una manera significante.

Aquí os dejo unas sugerencias en cuanto a lo que los cristianos podemos hacer para combatir estas tendencias que están amenazando nuestros hogares.

1. Hay que darse cuenta que para que ser luz brille en un mundo tan oscuro,  tenemos que ser diferentes, y estar dispuesto a pagar el precio por ser diferente. ¡Pero vale la pena! Seremos conocidos como personas que tenemos el suficiente carácter para sostener lo que creemos. Y lo mejor de todo es que Dios nos bendecirá, no sólo en esta vida sino en la venidera.

2. Permitamos que Dios vuelva a tener la preeminencia en nuestra vida. Esto equivale a que todos nosotros pongamos a Dios y Su Reino en primer lugar y en todas las cosas.

3. Establezcampos una norma inalterable de que nuestra familia participe en las actividades de la Iglesia.

4. Permitamos que cada miembro de nuestra familia encuentre un ministerio dentro de la iglesia, y que lo cumpla fielmente. Los cristianos que trabajan en servicio de Dios son gente feliz.

5. Restauremos la figura de los padres, según la voluntad de Dios, y que como responsables de sus hijos, tengan la responsabilidad de educar a los niños con su debida disciplina y dirección. Para esto es crucial ser buen ejemplo.

6. Hay darle prioridad a Dios, no por buscar algún momento, sino por establecer un tiempo específico en que Él pueda ser honrado y venerado en el hogar.
Las devociones rezadas en los hogares pueden ser útiles para este efecto. Esto permitirá al mismo tiempo que la familia se una más y se solidifique más.

7. En un nivel más profundo, debemos de disponer de  cierto tiempo específico para ejercer su propio desarrollo espiritual.
Ésto puede hacernos mejor al escuchar como Dios habla en su palabra, y por hablar con Él por medio de la oración. Resulta es muy útil para fortalecernos espiritualmente.

8. Fortalezcamos también los lazos de unión entre los miembros de nuestra familia, planeando actividades que nos acerquen más los unos a los otros.
Para ésto se puede apartar una noche que sea exclusiva para estas actividades.

9. Animemos a nuestra comunidad parroquial  a que se cuente con la orientación necesaria para fortalecer la familia.
Los sermones, o aún mejor, las series de conferencias pueden ser muy útiles. Hay muchos materiales que tratan de temas importantes de la familia, los cuales pueden ser utilizados en las reuniones.

Además de estas sugerencias, hay otras maneras que pueden utilizarse para preservar nuestras familias. Las que sean, hay que combinarlas para contribuir a salvar nuestros hogares.

Ciao.

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