miércoles, 23 de enero de 2013

El Kerigma es la Palabra de Dios



El kerigma es, en realidad la Palabra de Dios, reveladora y creadora. Ilumina la inteligencia y suscita la libre decisión del hombre para que reconozca que Dios le salva en Jesucristo.

En virtud de su eficacia creadora y salvadora, el kerigma tiende a:

- Constituir a la Iglesia, comunidad de salvación y mediadora de la fe.
- Desarrollar el acontecimiento de la salvación, en sus dimensiones históricas (los relatos evangélicos) y éticas (la predicación apostólica).
Una doctrina se constituye como mediación intelectual de la adhesión de fe.
- Suscitar y desarrollar toda la vida cristiana a la luz de la doctrina ética que emana del evangelio.

El kerigma, Palabra de salvación, engendra las meditaciones comunitarias, doctrinales y culturales, susceptibles de favorecer el encuentro inmediato con Dios, la referencia de toda la existencia a la Verdad de Dios que se da y se revela en Jesucristo.

Por todo ello, la Palabra exige nuestra adhesión incondicional, nuestra fe, pues ésa es la voluntad de Dios, el único camino de salvación:

Jn 12, 44-50

"Jesús proclamó: El que cree en mí no cree en mí, sino en el que me ha enviado; el que me ve a mí ve al que me ha enviado.
Yo he venido como luz al mundo, para que todo el que crea en mí no quede en tinieblas.
Yo no condeno al que oye mis palabras y no las guarda, pues no he venido a condenar al mundo, sino a salvarlo (NOSOTROS MISMOS EN LA HORA DE LA VERDAD NOS CONDENAREMOS O NOS SALVAREMOS...).
El que me rechaza y no acepta mi doctrina ya tiene quien lo juzgue: la doctrina que yo he enseñado lo condenará en el último día, porque yo he he hablado por mi cuenta; el Padre que me ha enviado me ha ordenado lo que tengo que decir y enseñar, y yo sé que su mandato es vida eterna.
Por eso lo que yo os digo, lo digo tal y como me lo ha dicho el Padre."

Ciao.

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