jueves, 7 de noviembre de 2013

Las cosas simples



No tenemos porqué sentirnos mal por sentir tristeza, rabia o miedo... Son emociones que acuden a nosotros ante hechos y pensamientos. Somos seres con sentimientos y conciencia.
Lo que hace daño no es SENTIR . Lo que nos afecta es quedarnos en una emoción sin que la podemos dominar, que nos destruya o condicione nuestra vida y la de los demás, permitir que genere un sufrimiento o dañar a otros por el hecho de estar nosotros mal o enfadados.
Cuando nos ocurre algo que atrae sentimientos negativos... Nos duele. Y es una responsabilidad nuestra y no de los demás teniéndolos que sufrir.
La emoción bien gestionada puede llegarnos a proporcionar un autoconocimiento que en ningún caso nos dará la edad, sino la experiencia. Nunca tendremos experiencia sino gestionamos en nuestros sentimientos la gran experiencia de SUPERACIÓN qué, nos servirá como aprendizaje para otra ocasión, para comprender y ayudar a otras personas que están pasando por esto. No podemos ser borrachos en sentimientos en ayunas de razones.
Si sentimos que no podemos con ésto, pedimos ayuda a profesionales que nos ayuden y orienten a gestionarlos de forma positiva.

Ciao.


2 comentarios:

Ángel dijo...

Los sentimientos negativos que me producía mi adicción me dolían, el querer dejar algo y no tener fuerza de voluntad me dolía.
Lourdes me ha recordado el artículo, algo que me ocurrió con el párroco de los Claretianos a aquí en Colmenar.
Un grupo de personas como yo montamos un grupo de autoayuda de una forma altruista sin ningún afán de lucro, y le lleve a la parroquia unos trípticos y unos carteles para darnos a conocer, lo mismo que también hicimos en centros sociales.
Leyó el tríptico y el cartel donde aparecía la palabra enfermedad, y me dijo esto es por falta de voluntad, aquí tenemos un hermano que le detectaron un cáncer de pulmón le operaron y ha dejado de fumar.
Le dije lleva usted razón Padre es falta de voluntad, no sabía el hermano que era malo el tabaco, porque no lo dejo antes. Me miro se quedó callado un rato y me dijo llevas razón hijo.
Lourdes, Muchas gracias por tus artículos

lojeda dijo...

Fantástica respuesta Ángel. Muchas veces deberíamos de quedarnos callados antes de hablar.
Por quedar bien con su parroquiano enfermo, no se dio cuenta el daño que te pudo hacer con sus palabras.
Un abrazo y gracias por tu fidelidad y tus comentarios.