viernes, 11 de julio de 2014

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va...







DESPEDIDA DE UNA GRAN AMIGA

Estas fotos que hoy comparto con todos vosotros se podría decir que son de una simple comida entre amigos. Si, en verdad son de una comida, y también de una comida compartida con un estupendo grupo de amigos, pero se trata de una comida con mucho sentido, muy especial y organizada con mucho cariño y en cierto modo con mucha pena.
El motivo era el de despedir a nuestra querida amiga Karla, todos los voluntarios de la Plataforma de Ayuda a la Mujer Embarazada de Jaén, y agradecerle la gran labor que ha desempeñado durante estos cuatro años al frente de ella.
La vida, su vida la manda por otros caminos, pero su recuerdo y su cariño, siempre quedará entre nosotros.
No es un adiós definitivo, sino un "hasta luego", porque todos estamos seguros de que nos veremos con frecuencia.
Un rato muy agradable entre amigos disfrutando y compartiendo las experiencias vividas durante estos cuatro años trabajando a su lado.
Una vez acabada la comida llegaron los recuerdos y regalos, que estamos seguros de que ella llevará siempre en su equipaje y en su corazón.
Pero la sorpresa llegó cuando nuestra querida Karla nos sorprendía a cada uno de nosotros con estas preciosas palabras, nacidas de ese gran corazón que tiene y guiadas por ese gran amor a Dios por el que vive.
"Algo se muere en el alma cuando un amigo se va...", y en este caso no te podemos decir como en la sevillana, "no te vayas todavía, no te vayas por favor...", porque comprendemos querida Karla, que Dios te manda a otra misión, y tienes que cumplir con ella.
¡Querida amiga, ha sido un verdadero placer trabajar contigo!

GRACIAS AMIGO:

¡Qué milagro eres, amigo!
Me acoges acoges como el cáliz al vino
y me llenas el alma con tu ser.
Te haces nada, recipiente vacío, abierto.
Un vacío, que es plenitud de Amor.Como en el altar, la ofrenda
se transforma en verdadera, viva,
y real presencia: plenitud de Amor.
¡Gracias porque existes, amigo!
¡Don de incalculable valor!
Eres como el agua, que atravesando el río,
modelas los ángulos de las piedras
y refrescas mi camino
¡llevándome tú a la unión con Dios!
¡Qué belleza eres, amigo!
Tus palabras: enderezan mis pasos.
Tus manos: armonizan mis caminos.
Tu voz: es la voluntad de Dios para mí.
En el presente: tu presencia construye
aquella plegaria viva que se eleva al cielo.
Y en la tierra: ¡eres el diamante
más brillante, amigo! 

Ciao.

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