jueves, 10 de julio de 2014

Vacaciones, no vagaciones (2ª parte)



Termino hoy con la segunda parte del post de mi amigo Angel. Una serie de consejos para los que están de vacaciones y para los que no puedan ir por cualquier motivo.
Cualquier momento es bueno para relajarse, y no hace falta gastar mucho para descansar.
Aquí os los dejo y espero que os sirvan.

Decálogo para los que están-van de vacaciones:

Dormir más, descansar, lectura programada, realizar aficiones, realizar higiene personal, buena y equilibrada alimentación.
Pasear, conocer y disfrutar de las cosas bellas (naturaleza, exposiciones, cine, teatro, música,…). Cuidar la naturaleza, cuidar los espacios comunes (jardines y otros).
Ayudar a preparar las fiestas del pueblo y organizarlas con mucha participación. Preparar comidas compartidas. Organizar en el pueblo (si se puede) campamentos, revistas, coros, grupos de teatro, cuenta cuentos,…
Visitar lugares pintorescos o artísticos del pueblo o fuera del pueblo o ciudad. Leer y comentar el periódico en grupo. Programar lo que vamos a ver de T.V.
Estar con los hijos (o con los padres) y jugar con ellos.
Cursos para trabajar la memoria.
Participar en campos de trabajo por causas justas, apuntarse a vacaciones solidarias.
Pensar en aquellas personas que, para que nosotros tengamos vacaciones ellos no tienen (piensa desde el maquinista del tren, el empleado de la gasolinera o incluso el camarero que nos sirve la cerveza o el refresco).
Escuchar música, pintar, tener contacto con la gente, escribir a los amigos, hacer colecciones, juegos al aire libre,…
Y también tener presente a otros muchos que no van a tener vacaciones: los enfermos, los parados, los marginados, los que constituyen ese “cuarto mundo” de nuestra sociedad.

En el fondo, es conveniente echar fuera tensiones y cansancios, y en su lugar, desarrollar más la personalidad.

Consejos para los que no pueden ir de vacaciones:

No olvides que el mejor viaje es hacia uno mismo y eso nadie te lo puede evitar, aunque trabajes y no puedas “irte” de vacaciones. Eso es una prueba más de tu libertad.
A veces no te podrás pagar unas vacaciones, pero no olvides que hay cosas mucho más importantes que poder pagarse unas vacaciones: Disfrutar de la familia, la amistad, la salud, la fe,… Este es el mejor ingrediente para unas vacaciones.
Si las circunstancias familiares (enfermedad, trabajo, etc.) te impiden tener unas vacaciones de familia… aprende a “renunciar”. Estás dando sentido a tu vida. Engánchate a este tren. Te llenará de satisfacción y te ayudará a madurar.
Con un poco de “arte” de puede lograr que todo sea vacación (un trabajo bien hecho sin agobio, la sombra de un árbol, un rincón, un libro,…).
Y, en todo caso, si no tienes vacaciones, cumple tus obligaciones con buena cara. Que no parezca que vas por el mundo con un letrero colgado que diga: “¡Cuidado, muerdo!”

Recibe un abrazo de Paz.
Ángel-Dandy 

P.D. Dentro de los muchos libros a los que puedes recurrir ahora y en cualquier época del año te aconsejo el siguiente: “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida” de Dale Carnegie. Editorial Edhasa, Tfno: 934949720, con más de 9 millones de ejemplares vendidos.
Como cosa anecdótica, te diré que, cuando me lo dejaron para leerlo tenía puesta una escayola en el pie izquierdo, y, cuando acabé de leerlo sólo dije: “Ha valido la pena estar escayolado de un pie con tal de haber leído este libro”.

Ciao.

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