viernes, 26 de junio de 2015

Nos vamos quedando...



Nos vamos quedando con lo único disponible: Recuerdos de proyectos pasados, historias que terminaron mal y otras que fueron mejor, sueños inconclusos, experiencias inolvidables y otras que hay que olvidar porque no aportan nada o muy poco a nuestra vida.
Nos vamos quedando con las ganas y deseos que a veces una circunstancia feliz nos permite realizar. Otras veces preferimos ignorarlos porque nos salen demasiado caros o porque con el tiempo nos veríamos un poco ridículos.
Nos quedamos con la piel cansada de sentir, con la memoria de amores pasados, con las manos temblorosas, con olvidos repentinos, con ciertos dolores que revelan algo más que años, con unas pocas fotografías viejas de días felices y otros no tanto.
Nos quedamos con historias e imágenes de nuestros viajes, con sus buenos recuerdos, con los momentos que vivimos en ellos...
Nos quedamos con preguntas imposibles de hacer porque no hay nadie que pueda responderlas, ideas revolucionarias que al fin no cambiaron nada, novelas que no se pueden escribir porque no se tiene el oficio, poemas que después de unos años estamos seguros que no tiene sentido alguno publicarlos, ni mostráserlos a nadie.
Nos quedamos con un silencio saludable, con una soledad reparadora, con una renuencia a aceptar que nos impongan condiciones y reglas, con unas manías que ni nosotros entendemos y una pelea constante contra el sistema y sus instituciones.
Nos vamos quedando con los buenos momentos vividos en familia o con los grandes amigos.
Nos vamos quedando con intuiciones que a veces acertamos y otras que nos hemos equivocado.
Adquirimos una especie de cinismo y no hacemos caso de las cosas que entusiasman a los más jóvenes o a los inexpertos que creen que el mundo es como se ve.
Nos vamos quedando sólo con el asombro porque eso es algo que jamás deberíamos perder. Nos vamos quedando con unas pocas personas y algunos lugares que no cambiaríamos por ningún otro en el mundo. Nos vamos quedando con algunas penas definitivas y algunas alegrías inesperadas.Nos vamos quedando con lo esencial... Porque lo esencial es lo que importa.
Con eso es más que suficiente…

Ciao.


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