sábado, 19 de marzo de 2016

La zarza ardiendo



Ya parece que lo hemos visto todo, nada parece sorprendernos, de hecho no queremos que nada cambie nuestra vida, todo lo tenemos medido y reglamentado, incluso nuestro compromiso social y nuestra solidaridad están compartimentados.
El problema viene cuando nos encontramos con una zarza ardiendo, con algo que no comprendemos, algo que rompe nuestros esquemas, quizás porque se sale de lo cotidiano, porque es algo que no es razonable.
Muchas veces nos cuestionamos la creencia en Dios, quizás por ser indemostrable.
Si le dijéramos a alguien que hemos visto una zarza que arde sin consumirse, estoy seguro que no nos creería, simplemente porque es algo que hay que experimentar.
La fe es algo más que riesgo, la fe es una apuesta, apostamos toda nuestra vida a una carta, pero no lo hacemos ciegamente, lo hacemos desde el sentimiento de que nuestro corazón arde como esa zarza, en el instante del encuentro.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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